lunes, 16 de abril de 2012

Ignominia y Crueldad regia.

Ésta es la prueba gráfica de la ignominia y la crueldad regia. En posición de haber obtenido un premio de mus, ambos elementos se muestran orgullosos frente a un elefante masacrado. La web que reproducía ésta y otras instantáneas ha sido velozmente bloqueada, lo que demuestra a las claras el anacronismo e incompetencia del enorme aparato de control de medios adscrito a la Corona. Cerrando páginas en internet o movilizando a la judicatura para secuestrar revistas de los kioscos ya no se puede evitar la propagación de la información, mas al contrario se despierta la curiosidad por lo censurado y produce, por tanto, un efecto multiplicador incontrolable. No nos encontramos en tiempos del abuelo Alfonso XIII que, precisamente, tuvo que salir disparado tras el masivo levantamiento ciudadano tal día como hoy de 1931, tras la victoria electoral de partidos republicanos en la mayoría de capitales de provincia. Esto sucedió, precisamente, por desarrollar una actitud tan borbónica como es el desentendimiento de sus responsabilidades públicas, intercambiándolas sin reparo por prácticas tan funestas como asesinar furtivamente a todo mamífero que se cruce en el camino de la crueldad.

Además de la legendaria memoria de los elefantes, recientes estudios neurológicos han demostrado su capacidad de autoconsciencia, reconociéndose a sí mismos, lo que resulta una habilidad cerebral nada común en el reino animal. De igual manera, es casi exclusivo de su especie el desarrollo de actividades colectivas de duelo alrededor del miembro fallecido, que suele recorrer la distancia necesaria para poder perecer en los enclaves que entienden adecuados en función de su experiencia vital, lo que prueba un innegable entendimiento de la muerte y sus consecuencias. Poseen, por otra parte, la estructura de un lenguaje más o menos sofisticado, pudiendo reconocer la llamada de más de cien congéneres distintos, aún a pesar de haber transcurrido un largo plazo temporal sin haber existido contacto entre ellos.

Un ser, en definitiva, del que aprender, al que observar como herramienta para un mejor entendimiento de nuestro ecosistema. Tras años de ingentes campañas para detener la caza furtiva con el objetivo de amputarles sus preciados colmillos de marfil (preciados por ese repugnante valor relativo que los seres humanos le dan a los elementos de la naturaleza), hoy tenemos que levantarnos con esta información producida por el representante de nuestra jefatura del estado, pidiendo sacrificios a la ciudadanía para sacrificar con nuestros impuestos la vida de estas maravillas de la evolución, de estos compañeros de viaje. Las imágenes agrían la festividad por ese día, hace 81 años, en el que un pueblo obtuvo todas las herramientas para decidir su destino, pero animan, sin duda con mayor ahínco, a seguir reclamando que la III República se abra paso y nos abrace cuanto antes.

Post de Casa Querida