martes, 11 de mayo de 2010

La ONU admite el fracaso en la lucha por la biodiversidad y ataca al consumismo

Tana Oshima Nueva York
El mundo no ha logrado reducir la pérdida de biodiversidad para 2010, como se había propuesto la ONU, por lo que es necesario tomar medidas mucho más eficaces y replantearse cuestiones fundamentales como el consumo desmedido en los países industrializados y la escasa valoración del capital natural dentro del sistema económico actual.

Según un informe presentado hoy por la Convención de Diversidad Biológica (CDB) de Naciones Unidas, los esfuerzos realizados hasta ahora para frenar la disminución de especies en el planeta no han sido suficientes. Hoy, las especies que eran vulnerables, como los anfibios y los corales, están más cerca aún de la extinción; la abundancia de vertebrados se ha reducido en un tercio en las últimas décadas y las presiones sobre la biodiversidad no sólo no se han reducido, sino que han aumentado de intensidad.

Tras estos resultados, el informe que la ONU presenta cada cuatro años insta a pasar a la acción mediante "medidas efectivas", como por ejemplo limitando el uso de pesticidas, prohibiendo ciertas técnicas destructivas de pesca y evitando la deforestación, pero también a provocar cambios más profundos en la sociedad, tanto en los patrones de consumo como en la valoración de los ecosistemas.

El deterioro de la selva amazónica, la proliferación de algas en ríos y lagos y el colapso de los arrecifes de coral son los tres principales factores que según el informe de la ONU van a continuar acelerado la pérdida de biodiversidad de manera irreversible.
Hacia la extinción masiva de especies
La disminución de la masa forestal amazónica, una de las mayores amenazas a la salud del planeta según el informe, se debe en gran parte a la tala de árboles, al uso del suelo para fines agrícolas y a los incendios. Se trata del mayor pulmón verde de la Tierra y su deterioro afecta tanto al clima como a la supervivencia de especies. La selva amazónica registra el mayor índice de especies por metro cuadrado del mundo.

La eutrofización o proliferación de algas en los sistemas acuáticos es otro de los frentes de batalla. Ésta se produce cuando un exceso de nutrientes (nitratos y fosfatos) procedente de los pesticidas llega a ríos, lagos y mares. Una estricta regulación de las prácticas agrícolas podría limitar esta contaminación, responsable de las llamadas "zonas muertas", en las que el nivel de oxígeno en el agua es bajo o nulo.

Los arrecifes de coral, a su vez, equivalen a la selva amazónica del mar y acogen una biodiversidad muy rica que sin embargo está gravemente amenazada debido a la acidificación del océano (por un exceso de CO2), el calentamiento del agua marina y algunas técnicas destructivas de la pesca industrial.

"Por una fracción del dinero que se obtuvo de los Gobiernos del mundo en 2008-2009 para frenar la crisis económica podemos evitar una crisis mucho más grave y fundamental de los sistemas de apoyo vital para la Tierra", explica el documento.
Por una economía más ecológica
Fuera de la ONU, las principales críticas a las actuales políticas económicas apuntan a una nula valoración monetaria de los ecosistemas, cuando sin éstos, dicen, no hay verdadera riqueza y el valor de sus servicios es incalculable. Teorías como las de la economía ecológica o el decrecimiento resaltan la necesidad de incluir a los sistemas naturales como parte importante de la riqueza económica y adaptar esta última a los ritmos naturales de la Tierra. Sin embargo, el sistema económico actual, basado en el Producto Interior Bruto como indicador de la riqueza, no tiene en cuenta a la naturaleza y necesita un crecimiento constante para mantener una economía saludable.

Ahora, parece que estas críticas empiezan a calar sutilmente en la visión teórica de la ONU. "La humanidad ha creado la ilusión de que de alguna manera podemos sobrevivir sin la diversidad biológica o que ésta es secundaria en nuestro mundo: la verdad es que la necesitamos más que nunca en un planeta de 6.000 millones que pronto llegará a más de 9.000 millones de personas en 2050", ha dicho Achim Steiner, subsecretario general y director ejecutivo del Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA).

Bajo esta nueva perspectiva, la CDB quiere adoptar el nuevo Plan Estratégico del Convenio durante la próxima Cumbre, que se celebrará este mismo año, Año de la Diversidad Biológica, en Nagoya.
Fuente: elmundo.es